Enfrentar cargos penales puede ser una experiencia increíblemente estresante, especialmente en el ámbito de la defensa criminal, donde la incertidumbre y el miedo al futuro pueden resultar abrumadores. En el momento en que las autoridades presentan cargos, las consecuencias se vuelven significativas, y el resultado puede afectar profundamente tu vida. Con la orientación legal adecuada, puedes proteger tus derechos y luchar por el mejor resultado posible en tu caso.
Ser acusado de un delito significa que se ha presentado una acusación legal formal en tu contra. Esto ocurre cuando una agencia de aplicación de la ley o un fiscal presenta un documento, como una denuncia, ante el tribunal. Dicho documento detalla el delito específico del que se te acusa e inicia el proceso legal.
Por otro lado, presentar cargos se refiere a cuando alguien denuncia un delito ante las autoridades y solicita que se tomen medidas legales contra la persona responsable. Este paso inicial puede llevar a una investigación y, si las autoridades encuentran pruebas suficientes, pueden presentar cargos formales. En resumen, presentar cargos inicia la investigación, mientras que ser acusado implica la acción legal formal que resulta de ella.
Una acusación formal (indictment) es un documento legal que imputa a alguien un delito grave, a menudo un delito mayor (felonía). Estas acusaciones suelen derivarse de un proceso ante un gran jurado.
Un gran jurado es un grupo de ciudadanos seleccionados a través del proceso de servicio de jurado. Su función es revisar las pruebas presentadas por el fiscal y determinar si existe causa probable para creer que el acusado cometió un delito. Esta etapa previa al juicio suele aplicarse a delitos graves y el gran jurado examina tanto pruebas documentales como testimoniales.
Si el gran jurado encuentra pruebas suficientes, vota a favor de emitir una acusación formal, lo que significa que el acusado enfrentará cargos oficiales y procederá a juicio. Si no encuentran pruebas suficientes, emiten un “no true bill”, lo que significa que el acusado no será procesado formalmente.
En el estado de Nueva York, tanto los delitos menores como los delitos mayores se consideran crímenes, pero difieren en gravedad y en las consecuencias legales que conlleva una condena. La principal diferencia radica en la duración potencial de la pena de prisión: los delitos menores pueden conllevar menos de un año de cárcel, mientras que los delitos mayores implican una pena de un año o más en prisión.
Un delito menor (misdemeanor) es un crimen castigado con hasta 364 días de cárcel. Estos delitos son menos graves e incluyen cargos como hurto menor (petty theft) o agresión simple (simple assault).
Un delito mayor (felony) es un crimen más grave, cuya pena puede ser de un año o más en prisión. Los delitos mayores incluyen crímenes como asesinato, robo a mano armada o delitos graves relacionados con drogas.
El debido proceso es un principio constitucional que garantiza la protección de tus derechos cuando el gobierno te acusa de un crimen. Si el gobierno intenta privarte de tu libertad o propiedad, el debido proceso te asegura el derecho a una audiencia justa.
Tanto la Constitución de los EE. UU. como la Constitución del Estado de Nueva York te otorgan el derecho a un procedimiento legal en el que se presente evidencia y se escuche tu caso para determinar si los cargos en tu contra son válidos. Este proceso es un pilar fundamental del sistema de justicia penal, asegurando que no seas privado injustamente de tus derechos.
Una absolución ocurre cuando, después de un juicio, un jurado o un juez determina que la fiscalía no logró probar su caso más allá de una duda razonable. Esto significa que se te declara no culpable de los cargos presentados en tu contra. En términos simples, la evidencia presentada fue insuficiente para cumplir con el estándar legal requerido para una condena.
Ya sea que el juicio se lleve a cabo ante un jurado o solo ante un juez (conocido como juicio sin jurado), una absolución indica que has sido formalmente exonerado de las acusaciones.
Comprender el proceso de defensa penal es fundamental, ya que te ayuda a anticipar lo que puedes esperar y reduce la ansiedad que podrías experimentar. Conocer las etapas de tu caso de defensa penal, desde la lectura de cargos hasta posibles audiencias o juicios, te permite prepararte mental y emocionalmente.
En nuestro bufete, damos gran importancia a proporcionar información completa durante todo el proceso de consulta. Guiamos a cada uno de nuestros clientes en cada etapa de su proceso de defensa penal, explicando aspectos clave como:
Informamos a nuestros clientes sobre la duración estimada de su caso y la probabilidad de que vaya a juicio o se alcance un acuerdo.
Diferenciamos entre comparecencias en el calendario, donde el tribunal revisa brevemente múltiples casos, y audiencias, donde se presentan testimonios detallados.
Explicamos lo que sucede durante cada comparecencia en la corte, incluyendo si el oficial que realizó el arresto estará presente y qué vestimenta es apropiada.
Nuestro objetivo es garantizar que tengas una comprensión clara del proceso, lo que ayudará a reducir tu estrés y te preparará para cada etapa de tu caso.
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